domingo, 25 de mayo de 2014

EL BRITANO CAPITULO 40

Los  niños  no se habían enterado de nada pues también se habían ido a la siega. Querían subirse en el carro  de heno recién cortado, por eso no  había nadie en la casa , solo nosotras y Edward .

Edward  y yo fuimos hasta el carromato , subimos y nos dirigimos a la ciudad, el soldado nos vigilaba .  Yo debía ser fuerte, pero estaba temblando de miedo. 

- No tengas miedo, hay que confiar en Jesus . Ya verás cómo se arregla todo - me dijo Edward  en voz baja.

- Les diré que soy una patricia romana y nos soltarán 

Busqué los labios de Edward y nos besamos; me tranquilicé con el olor de su cuerpo y con su calor.  Llegamos de madrugada a la ciudad  y nos condujeron al calabozo.



- Me niego a pasar la noche en un calabozo !  Soy patricia de Roma , mi nombre es Publia Cornelia  Bella !  - dije al prefecto . No podía creer mi determinación y valentia, pero tenía que salvar a Edward  y a mi misma . - Aqui está el sello y el anillo de mi padre - añadí. 

El joven prefecto, que evidentemente era un sustituto del anterior  más viejo y veterano,  miró detenidamente los anillos, vio que eran auténticos .

- ¿ Y qué hace una patricia de Roma aquí? - me preguntó traspasándome con la mirada .

- Me marché de Roma y eso no te importa !  Mi esposo y yo no vamos a pasar la noche en un calabozo.  Exijo que nos liberes !

- Eso no resolvería el asunto del niño  - replicó . - Podeis comer algo en el cuarto del vigilante y quedaros allí . Mañana se  resolverá todo.

Entramos y nos sentamos  a la mesa. Habían restos de cena, carne, pan  y una jarra de cerveza.

- Comamos algo y descansemos aquí  - me dijo Edward -.  Mañana aparecerá Marcelo . A estas alturas ya se habrá enterado de todo y habrá ensillado un caballo para venir hasta aquí .  Esto no habría pasado si yo no me hubiera ido a segar - me dijo acariciándome el pelo .-  Yo he tenido la culpa de todo.

- No digas eso, tú no podías saberlo - le respondí . - La culpa la tiene ese nuevo y joven magistrado. Parece que se toma muy en serio lo que  aprendió en la escuela de leyes .

Estábamos sedientos y bebimos cerveza y comimos un poco de carne , pero estaba seca y dura . Edward llevaba en el bolsillo  una manzana y queso  y me los dio. 

- Tienes que comer 

- ¿ Y tú ?  - le pregunté .

- Me comeré esta carne seca, tengo buenos dientes...  Comamos deprisa y después rezaremos .

Me acomodé con Edward en el banco de madera y comimos . 

- Dentro de unas horas amanecerá.  Estamos juntos y eso es lo que importa  Bella -.  Apoyé mi cabeza en el pecho de Edward  y él dijo : -  Señor Jesus  te damos las gracias por tenernos el uno al otro y por ese niño que está dentro de Bella . Confiamos en ti y sabemos que tú nos ayudas siempre. Te amamos mucho . Amén .  ¿ Quieres añadir algo más Bella?

- Sí ....  Te pido que perdones a Isra. Estaba muy asustada cuando dijo eso....

- No te preocupes - dijo Edward -  El sabe que  somos humanos y que tenemos miedo.

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