A la mañana siguiente también tuve naúseas y me dirigí a la cocina somnolienta, intentando evitar las arcadas. Ahora estaba convencida de que mi embarazo era cierto ; yo nunca había tenido naúseas matutinas , tal vez mariposas en el estómago y nervios cuando conocí a Edward y me di cuenta que estaba enamorada de él . Pero ésto eran naúseas del embarazo.
Intenté poner buena cara al sentarme en el banco de la cocina , pero el simple olor de la comida ya me hacía estremecer. Edward me acarició la espalda y se sentó a mi lado.
- ¿Estás bien, mi amor? - me preguntó.
- Tengo las mismas naúseas que ayer .
- No te preocupes, creo que es el olor de la cocina lo que te da naúseas . Si quieres puedes comer afuera tomando el sol.
- ¿Vas a empezar a construir hoy? - le pregunté.
- Si tú no quieres, no.
- Sí que quiero, pero no quiero que te canses , poco a poco, no hay prisa - le respondí.
- Hoy marcaremos el terreno y pondremos algunas columnas, nada mas .
Edward desayunó gachas de harina, las cuales me hicieron sentir más naúseas , así que procuré no mirar. Como todo el embarazo fuese así, estaba apañada.
- Bueno, vamos afuera a tomar aire fresco - me dijo Edward cuando terminó de desayunar . Cogió pan y jamón para mi y lo guardó en su bolsillo. Me agarró suavemente por la cintura y añadió : - Esta tarde comienzan las clases , mi profesorita , ¿estás nerviosa?
- No. Estoy ilusionada por los niños.
- Sí, les va a gustar mucho - respondió Edward - nos sentamos afuera en la soleada mañana y Edward me dio un beso.
Algunos hombres debían haberse levantado muy temprano y traer los troncos para la casa, pues las maderas estaban apiladas un poco más allá. Edward se levantó mientras dos hombres jóvenes se acercaban a nosotros , Nos saludaron y se presentaron , eran Marcos y Gelo, llevaban picos y palas . Edward se fue con ellos como a unos cien pasos de la casa y comenzaron a medir a cavar surcos y hoyos.
Me comí el pan y el jamón mientras los miraba , Edward destacaba por encima de los otros dos . Era el más alto, el mas esbelto y guapo, tenía una elegancia innata en él.
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