miércoles, 19 de marzo de 2014

EL BRITANO , CAPITULO 36

Al día siguiente  Edward puso una pequeña cama en la habitación para que Tomas durmiera.  Yo pensaba que tal vez  Marcelo se enfadaría pero estuvo de acuerdo.  Nos explicó que el niño había estado muchos meses durmiendo con Ane  y que después ya durmió con los otros niños . Pero ahora era lógico que tuviera miedo otra vez.

La mañana transcurrió normal y hacia la hora de comer vi  la camita en nuestra habitación.  Era como un cajón de madera. Edward estuvo llenando un colchón de lana  y me pidió  que cosiera la abertura con hilo . Pronto estuvo hecho y lo colocamos en la camita .  Después de comer di la clase a los niños . Pude comprobar que tenían buena  memoria pues  recordaban todas las letras  que les habían enseñado hasta ahora . Marcelo me habia dado un ábaco para contar y sumar , e  intenté probar. Uno a uno los niños fueron levantándose y  llegando hasta mi asiento . Yo movía las bolitas del ábaco y les decía : dos más dos, cuatro. Tres más tres , seis . .....
Recuerdo que lo primero que me  enseñó mi querido Bruno  fueron los dobles. " Venga señorita Bella , tiene que aprender los dobles de los números "
Me parecía estar escuchando su voz ahora. 

Después de la clase  Edward   se acercó a mi, recogió las cosas en el canasto y me dijo :

- Tú y yo tenemos  algo pendiente ...

Yo no entendí a lo que se refería  pero Edward me cogió de la mano  y añadió :

- Ahora los niños están jugando en el patio, señorita Bella  - y me llevó correteando hasta  nuestro dormitorio.

Cerró la puerta y  puso  un mueble detrás.  

- Es por si entra alguien - dijo  y yo me rei -  Tengo muchas ganas de ti , amor ...  Bueno y tú también , ¿no?

- Sí  - respondí - pero en realidad  estaba un poco destemplada , confusa , ...  eso de terminar  la clase y salir corriendo a la habitación, no era buena idea....

- ¿ Qué te pasa , amor ?

- Hay mucha luz - respondí.

- Oh , bajaremos las persianas  - dijo Edward.  Me estrechó entre sus brazos y caímos en la cama , pero yo seguía destemplada. 

- ¿Sabes ? ....  le he preguntado a Ane, eso ...   y me ha dicho que sí, ...  que las embarazadas pueden hacer el amor ....

Me quedé sorprendida. No me imaginaba a Edward  preguntando eso.

- ¿Que  has preguntado queee  ?  Qué  vergüenza !   Ahora pensará que estamos haciéndolo - exclamé.

- No es nada malo  - dijo Edward  - pero  , cariño ¿te pasa algo malo ? ¿te duele algo?

- No me pasa nada , es que me siento culpable - dije . 

- No te preocupes , dentro de poco ya tendremos nuestra casa y  estaremos solos , nosotros dos solos - me dijo  y me besó en la frente -  Estás  pálida  amor .  Mañana por la mañana iremos a almorzar  al campo . Nada de trabajo mañana. Te tengo muy abandonada.

- Qué  va !  si me mimas mucho...   -  Nos besamos durante un rato largo  y le dije que lo amaba mucho y él me dijo que también . Me embriagué con su pelo y con el perfume de su cuerpo  y terminamos  haciendo el amor  en la habitación  calentada por el sol  de la tarde.  





Cuando  Tomas se enteró que iba a dormir en una camita con nosotros , se puso a dar saltos de alegría . Parecía sentirse a salvo con Edward, como si mi esposo fuera una especie de dios poderoso que protegiera a todo el mundo.  Edward  emanaba un aura dulce y protectora que hacia  sentirse a salvo....  o tal vez era  Jesús  que actuaba  a través de él.  

- Voy a dormir como un lirón toda la noche - dijo el niño  mirandonos con esos ojos tan  grandes .

- Sí,  pero antes tienes que rezar y darnos un besito de buenas noches  -  dijo  Edward.

Tomas , que ya tenía el  camisón puesto, se escondió debajo de la sábana.  Edward y yo nos  desnudamos. Yo  me puse el camisón y  Edward  se quedó con el  calzón corto.  

- Jesús, te  quiero mucho, te doy las gracias  por todo lo que tengo, por  Marcelo, por Edward y Bella . Amen . 

- Qué  oración más bonita -  dije  al terminar de escucharle.  Después nos dio un beso a cada uno , bajó de la cama y se acostó en la suya , se hizo un ovillo y se tapó con la  manta .

- Vaya, qué obediente - dijo  Edward .  Nos acostamos y tapamos con la sábana .

- ¿tú también te vas a  hacer un ovillito?  - me  preguntó  Edward. 

Yo me rei por lo bajo y dije que si.  Edward puso  su mano en el vientre y me lo acarició.

- ¿ Estás bien ? 

- Si

- Te amo 

- Y yo a ti  - respondí.  Nos  besamos durante un rato.

- Mañana no voy a trabajar en la casa . Nos levantaremos y nos iremos a tomar el sol en aquella colina de allá , bajo el pino alto -  me dijo  Edward en voz  baja. 

- ¿ Y la casa ?

- Los muchachos pueden adelantar el trabajo sin mi . Mañana es nuestro día , estaremos tomando el aire puro  y nos llevaremos la comida .

- ¿ Y los niños ?  - pregunté  atontada por el sonido de su voz.

- Regresaremos  a tiempo para la clase. 

- Ah  - susurré  y me entregué  a sus  labios  cálidos y suaves .



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