A la semana siguiente nuestra casa estuvo terminada . Tenía paredes sólidas y dos habitaciones . No necesitábamos cocina, comeríamos todos en la gran cocina de Marcelo.
Dejamos un tiempo para que la casa se asentase y mientras tanto Edward construyó una valla de madera para el jardín , cercando la tumba de Bruno. Plantariamos flores y un pequeño huerto con hortalizas .
Mi barriga iba aumentando, ya se notaba . Había pasado todo el mes de julio y la mitad de agosto . Yo pensaba que no se iba a notar tan pronto mi preñez, pero ahí estaba . Tal vez el niño iba a ser grande y por eso mi barriga se notaba un poco. Bueno.... yo deseaba que fuera un niño.
Cuando la casa se asentó bien, transportamos la cama que nos regaló Marcelo , en la que dormíamos. Y Ane nos dio ropa de cama limpia. Llevamos también un lavabo de madera, una mesa y dos sillas. Edward me dijo que él mismo fabricaría un armario para poner la ropa.
La otra habitación era para el bebé , pero mientras tanto le dijimos a Tomas que podía dormir allí. Lo queríamos como a un hijo propio y queríamos que estuviera con nosotros.
- Pero cuando nazca el bebé ... - preguntó Tomas .
- También será tu hermano y lo tienes que querer mucho. Dormirá contigo en esa habitación - le dije .
Tomas se puso a dar saltitos alrededor de mi.
- Lo voy a cuidar mucho y a proteger - dijo.
- Ya eres un hombrecito - le dijo Edward cogiéndolo en brazos .
Desde que los niños se habían enterado que yo estaba esperando un bebé , venían a mi cuando yo estaba haciendo tareas y me preguntaban :
- Bella , ¿yo puedo hablar con el bebé ?
- Claro, pero ¿qué le quieres preguntar ?
- Quiero preguntarle cómo quiere llamarse - me dijo Nela, la pequeña.
- Ja, ja, ja ! y ¿crees que te lo dirá ?
- Sí.
Todos los niños hacían progresos en el aprendizaje de las letras y sabían leer ya algunas palabras sencillas , pero a Isra le costaba más , aunque yo la animaba mucho .
- Es difícil para mi, Bella, pero soy paciente. La paciencia es un gran don. Estoy muy feliz por lo de tu bebé, será el primer bebé que nazca en esta granja ¿sabes? - me confirmó - Ojalá yo también pudiera tener un bebé - dijo cogiéndome la mano - ahora que Marcelo y yo ya somos esposos.
- ¿Queeeee? - pregunté muy curiosa.
- Sí, fue más fácil de lo que pensé . Ya he sido esposa.... Marcelo es un hombre bueno y me quiere, me quiere mucho. Yo... yo no creía en el Cristo ese en el que vosotros creeis , porque hay muchos dioses pero no creía en ninguno, pero si ese Cristo hace que los hombres sean buenos , entonces es porque existe y es verdad.
- Me alegra mucho que puedas creer un poco más en él - le dije . Ahora comprendía por qué había visto a Marcelo tan contento los últimos dias .
Por la noche , Edward y yo estrenamos nuestra casa. Todavía le faltaban las contraventanas, las cortinas , la puerta del dormitorio, los muebles , pero Edward lo haría todo poco a poco. Por supuesto Tomas nos siguió como un perrito , quería dormir en su habitación.
La casa se componía de una entrada, nuestro cuarto y después el cuarto del bebé. Como todavía no teniamos puerta para separar un cuarto del otro, Edward había colgado una gruesa manta.
- ¿Y voy a poder dormir aquí para siempre ? - preguntó Tomas .
- Ahora eres nuestro hijito y esa es tu camita - dijo Edward .- besó al niño en la frente y dijo : - y ahora a dormir toda la noche . Señor Jesus haz que este niño duerma como un lirón toda la noche. Amen. - y luego me guiñó un ojo a mi.
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