" Yo, Cayo Flavio Marcelo, general retirado de las legiones de Roma , otorgo la libertad a mi esclava Bella y lo certifico con mi sello personal "
- Llévalo siempre contigo Bella - me dijo .
Después lei el otro documento :
" Yo , Cayo, Flavio Marcelo, con potestad que me otorga mi titulo de pater familias , hago efectivo el casamiento de mis esclavos , ahora libres, Edward el britano y Bella . "
- Bueno, y ahora ya está todo arreglado - dijo Marcelo - Siempre hay que confiar en Cristo pero como vivimos en un mundo romano, también se necesitan documentos legales. Me extraña que no os pidieran ningun documento durante el viaje .
- Jesus nos ayudaba - dije yo - Si no fuera por EL tal vez ahora estariamos muertos - añadí pensando en el asesino que había enviado mi padre.
Marcelo nos miró profundamente y dijo :
- Para Cristo no hay nada imposible ; EL devolvió la vista a los ciegos y resucitó a personas que habían muerto - luego como si fijara su vista más allá dijo : - Ya os contaré mi historia.
- Edward dice que tú le conociste - le dije .
- Todo a su debido tiempo, hija. Le conocí y EL cambió mi vida, pero ahora debemos ponernos en camino. Estoy deseando que lleguemos a la granja .
La granja de Marcelo de llamaba CONFIANZA . No era común que los propietarios pusieran nombres a sus granjas , pero Marcelo no era un romano corriente . Era considerado por sus vecinos un hombre raro y extaño pues no tenia esclavos en sus propiedades y todos los hombres y mujeres que trabajaban en su granja eran libres . Todo el mundo tenía una parcela propia para cultivar lo que quisiera y Marcelo daba a cada trabajador el trigo suficiente para cada mes . Todo esto me lo iba explicando poco a poco durante el trayecto hacia la granja . En la granja procuraban ser autosuficientes , cultivaban verduras y frutas , tenian animales de granja y tambien cultivaban trigo, el cereal básico. Cuando la cosecha de trigo era muy abundante, vendían el excedente y Marcelo repartía el dinero entre todos los habitantes de la granja. Nosotros habíamos llegado en pleno mes de junio y era un mes caluroso en Hispania. El verano estaba a la vuelta de la esquina . La granja estaba situada cerca de un río, detrás de una colina y cuando llegamos lo primero que vi fueron los dorados campos de trigo....
- Ahí está - dijo Marcelo parando el carromato - Es hermosa ¿verdad? El hogar perfecto para vosotros. Me gustaría mucho que os quedaseis para siempre . Yo mismo os ayudaré a construir vuestra casa.
En cuanto el carromato llegó al camino empedrado que conducía a la granja , escuché un lejano griterío procedente de media docena de niños que venían corriendo para recibir a Marcelo
- Mar ceeeeeeelooooooooo - gritó el coro de voces infantiles.
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