sábado, 10 de mayo de 2014

EL BRITANO CAPITULO 39

Agosto era el mes de la siega. Marcelo contrataba a varios hombres  para que ayudaran a recoger toda la hierba que luego se almacenaría en el granero para alimentar el ganado en invierno. Edward  quiso ayudar y durante toda esa semana  se levantó temprano para ir a segar y regresaba a las 3 de la tarde. Se lavaba , se  cambiaba de ropa  y se acostaba un poco hasta la hora de la cena. Esa semana lo pasé bastante sola sin  Edward .  Me entretuve leyendo unos volúmenes en el despacho de  Marcelo pero hacía mucho calor  por el día y me asaltaban  extraños presentimientos ....

Una tarde del viernes todavía no había regresado Edward cuando apareció un hombre bajo y delgado. Parecía un magistrado romano, acompañado de un soldado y del repugnante padre de Tomas  !  Los perros comenzaron a ladrar 

- Ordene  callar  a los perros ahora mismo- dijo el magistrado romano - Soy el nuevo prefecto y esta granja está en mi jurisdicción .

- Ane , Isra , venid  ! - grité yo. No había ningún hombre en casa todavía.  Al poco aparecieron las mujeres  y entre las tres pudimos sujetar a los perros 

- Este hombre dice que ustedes tienen a su hijo - dijo el romano -  y también dice que sois cristianos y que teneis unas costumbres muy raras...

En ese momento una idea llegó a mi mente, corrí hacia mi casa, entré en el dormitorio, cogí mi capa de viaje.  Escondidos en los dobladillos estaban los anillos que demostraban que yo era patricia de Roma . Era lo único que nos podía salvar 




Sentí las zancadas del soldado detrás de mi . Me cogió de un brazo, me hizo daño .

- Mujer idiota !  ¿crees que vas a escapar ?  Vendrás a la  cárcel.

- Suéltame  , no hago nada malo !  Solo cojo mi ropa  - dije  y escondí los anillos en mi sujetador . El soldado me zarandeó y me arrastró hacia afuera . Cuando salí al exterior, Edward ya había llegado. Su cara se transformó cuando vio que un hombre me maltrataba 

- Suelta  a mi  mujer !!! - gritó Edward  y le dio un puñetazo terrible . 

- Eh, tú, gigante , cálmate o será peor para ti !  - dijo el prefecto  - Vais a venir todos a la cárcel. 

- Bien , bien , mi señor  - dijo el padre de Tomas - Son cristianos y beben  sangre humana.

Me abracé a Edward mientras mi corazón latía apresuradamente. Tenía miedo por el bebé, sabía que muchas mujeres podían abortar si  llevaban un gran susto o eran golpeadas.

- Sé que los cristianos no podeis mentir ...  ¿sois cristianos o no ? - preguntó el prefecto.

Edward me apretó entre sus brazos . Podía sentir su pecho duro y su corazón latiendo junto a mi . 

- Sí.  Somos cristianos mi mujer y yo. 

Pude ver una mirada de terror en la cara de Isra  :

- Yo no soy cristiana, prefecto . No lo soy !  No lo soy !  - dijo .

- Está bien...  ¿y tú, vieja ?

-  Yo soy demasiado vieja para nada  - dijo  Ane   - Pero  mi amo  es general de Roma y cuando venga te dará tu merecido. 

Deseaba que Marcelo llegara de un momento a otro , pero Edward me susurró al oído : 

- Una  yegüa se ha puesto de parto....  me temo que  Marcelo llegará tarde.

- Tu mujer y tu vendreis conmigo por las buenas , y ... ¿dónde está el niño ?  - dijo el prefecto .

- Lo tienen  secuestrado, mi señor.  Beben su sangre , lo llaman  bautizarse.

- Cállate tú también  - dijo el prefecto  -  Mañana regresaremos a por el niño y lo interrogaremos 



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